Declaraciones del alcalde de Alcantarilla, Joaquín Buendía.
Muestra la vida y las costumbres de la huerta a través de la recreación de viviendas, un colegio, un mercado, una botica y objetos cotidianos
Las salas cuentan con audiovisuales y dispositivos de olor para que los visitantes descubran también los sonidos y a qué huele la huerta
El Museo de la Huerta vuelve a abrir al público tras las obras para modernizar el interior, crear de una sala de exposiciones temporales, un almacén visitable y habilitar una nueva entrada, sin barreras, con un centro de atención al visitante, información turística de Alcantarilla y objetos de recuerdo.
El nuevo espacio muestra cómo era la vida y las costumbres en la huerta a través de la recreación de escenas cotidianas de la mano de siete personajes: Ginés y Salvadora, los huertanos, Conchita y Miguelico, los zagales, el cura Don Pedro y Don Enrique y Doña Amelia, los señoritos.
El alcalde de Alcantarilla, Joaquín Buendía, explicó que “el espacio ha pasado de ser una exposición de piezas históricas a un museo del siglo XXI con un recorrido museográfico y con un hilo conductor, que cuenta la historia de la vida corriente a través de los objetos, detrás de cada pieza hay una historia personal, que forma parte de nuestra historia, nuestra cultura y nuestra esencia”.
Está organizado en cinco salas en torno a tres ámbitos, que cuentan la historia del museo, el cultivo de la huerta, el inicio de la industria textil con telares y utensilios para trabajar la caña y el esparto, y cómo era la vida corriente, con recreaciones de viviendas, el mercado, la tienda de ultramarinos, el colegio y la botica.
En todas las salas hay audiovisuales para explicar la utilidad de las piezas expuestas y escuchar sonidos de la huerta, como los auroros, la campana de la ermita, los cantos populares y los trovos. También hay dispositivos de olor para que los visitantes descubran a qué huele la huerta: a palomitas de maíz, a higos, a azahar, a tierra mojada y a pimentón. A la salida encontramos un calendario agrícola con las estaciones del año, las fiestas populares y las fechas de siembra y de recogida.
La cultura del agua
Entre las piezas expuestas destaca el Libro de la Rueda, que data de 1850 y es el expediente por el que la Noria de Alcantarilla pasaba a ser propiedad de los regantes. También hay un homenaje al Consejo de Hombres Buenos, que dirime conflictos del riego en la Huerta de Murcia desde 1848 y cuyas reglas vienen de la tradición y la costumbre.
“La cultura del agua cobra especial relevancia a través de los valores, costumbres y hábitos que hemos heredado de nuestros ancestros y que nos han llevado a Alcantarilla y a la Región de Murcia a ser la comunidad que mejor aprovecha este recurso, hasta su última gota”, destacó el alcalde.
Otras piezas que encontramos son mobiliario, botijos, cerámicas y lebrillos, herramientas de la huerta, como azadas, picazas, legones, corvillas y perigallos, un carruaje del siglo XIX, telares, indumentaria y artículos hechos con caña y esparto.
Desde 1967
El Museo abrió en 1967 y cerró en junio del año pasado para iniciar la catalogación de los fondos, el inventario y las obras de renovación, que se desarrollan en tres fases, con una inversión total de 750.000 euros por parte del Ayuntamiento. Tras esta primera fase está previsto abrir un acceso directo al Parque del Acueducto para integrarlo con la Noria y el Acueducto, renovar los jardines, el espacio para carruajes y construir un aula didáctica.
Por su singularidad y su colección, es uno de los estandartes para la conservación del patrimonio histórico. En los exteriores del museo tenemos barracas, huertos, acequias y brazales.
El horario de visitas es de martes a sábado de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:30, domingos de 10:00 a 14:00 y lunes cerrado.